En innumerables ocasiones paso tiempo con mis hijos observando juntos el canal “Discovery”, es una de las actividades que nos encanta compartir. De hecho Hemos aprendido bastante acerca de diferentes cosas. En uno de esos tantos programas pudimos ver los sistemas de defensa que algunos animales o insectos usan para protegerse de las amenazas de sus depredadores naturales, como cambio de color, o de aspecto que son algunas de ellas. Sin duda les funciona y les ha mantenido vivos. Estas defensas actuan de manera eficaz, y quizas por lo mismo creemos que nosotros las personas podriamos imitar al reino animal ya que especialmente algunos de nosotros tenemos la fuerte tendencia a utilizar sistemas de defensa en nuestro diario vivir y especialmente en nuestras relaciones interpersonales. Esta semana les invito a reconocer uno de esos sistemas de defensa que utilizamos a la hora de sentirnos en peligro de ser dañados en nuestras emociones:
El culpar a otra u otras personas pretende reducir el dolor que se pueda experimentar a causa de sentirse juzgado por los demás.
En innumerables ocasiones especialmente en la niñez pasamos por juicios; algunos justos y otros injustos por parte de nuestros padres, profesores o alguna otra figura de autoridad.
Sentir culpabilidad, o recibir juicio y castigo por un error cometido causa dolor. Nadie quiere fallar frente a los demás, no queremos caer en falta, queremos que todo resulte bien y en lo posible recibir aprecio y agradecimientos. Pero no siempre es así y por lo mismo se hace complicado tener que enfrentar un momento de estas características.
Lo mas fácil es culpar a alguien mas por las fallas propias o por los errores que se comenten en alguna situación.
Las personas que hacen uso de este sistema defensivo tienden a mirar la culpabilidad de los demás y algunas llegan al extremo de pedir que la persona que supuestamente fallo pague y sea castigado.
Tenemos el caso de un Matrimonio en donde ambos usaban de esta defensa.
Un día después de una jornada agotadora de trabajo el marido llega a casa esperando sacarse los zapatos, estirarse en un sofá y escuchar un poco de buena música Jazz. Al entrar a casa se da cuenta de que la electricidad había sido cortada y pregunto a su esposa que es lo que sucedía. Para entonces los ánimos se calentaron ya que no se había cancelado la cuenta de la electricidad y la compañía eléctrica tomo la decisión de cortar el servicio. El marido enfurecido le decía a su esposa : “ Ves! ya nos cortaron la electricidad por tu culpa, tu no pagaste el servicio eléctrico y ahora nos quedamos a oscuras”, por su parte la esposa no iba a permitir ser atropellada con semejantes acusaciones, así que arremetió con la misma medicina......” Como que yo no pague el Servicio de electricidad?, eso es tu deber y tu no lo hiciste!! la culpa es tuya”.
Quizás sea un ejemplo un poco exagerado, pero en realidad no solo en una situación como esa, sino en varias diferentes, algunas personas tienden siempre a justificarse culpando a los demás de un error propio o involuntario, a veces algo en donde nadie tiene culpa, pero frente al sentirse juzgado, rechazado o por miedo a perder el aprecio, usan este sistema defensivo de culpar a los demás.
Definitivamente es una forma destructiva de enfrentar un problema. Pero la causa central de esta actitud no se encuentra definitivamente en el presente sino en el pasado del individuo. Las heridas de la niñez, el dolor de ser juzgado sin causa alguna en la adolescencia levantan estas barreras y de alguna manera aprendemos a vivir con ellas y a usarlas en el transcurso de nuestra vida. Somos implacables con nosotros mismos, no nos damos la oportunidad de fallar o de que otros fallen.
Lo mas fácil es culpar a alguien mas por las fallas propias o por los errores que se comenten en alguna situación.
Las personas que hacen uso de este sistema defensivo tienden a mirar la culpabilidad de los demás y algunas llegan al extremo de pedir que la persona que supuestamente fallo pague y sea castigado.
Tenemos el caso de un Matrimonio en donde ambos usaban de esta defensa.
Un día después de una jornada agotadora de trabajo el marido llega a casa esperando sacarse los zapatos, estirarse en un sofá y escuchar un poco de buena música Jazz. Al entrar a casa se da cuenta de que la electricidad había sido cortada y pregunto a su esposa que es lo que sucedía. Para entonces los ánimos se calentaron ya que no se había cancelado la cuenta de la electricidad y la compañía eléctrica tomo la decisión de cortar el servicio. El marido enfurecido le decía a su esposa : “ Ves! ya nos cortaron la electricidad por tu culpa, tu no pagaste el servicio eléctrico y ahora nos quedamos a oscuras”, por su parte la esposa no iba a permitir ser atropellada con semejantes acusaciones, así que arremetió con la misma medicina......” Como que yo no pague el Servicio de electricidad?, eso es tu deber y tu no lo hiciste!! la culpa es tuya”.
Quizás sea un ejemplo un poco exagerado, pero en realidad no solo en una situación como esa, sino en varias diferentes, algunas personas tienden siempre a justificarse culpando a los demás de un error propio o involuntario, a veces algo en donde nadie tiene culpa, pero frente al sentirse juzgado, rechazado o por miedo a perder el aprecio, usan este sistema defensivo de culpar a los demás.
Definitivamente es una forma destructiva de enfrentar un problema. Pero la causa central de esta actitud no se encuentra definitivamente en el presente sino en el pasado del individuo. Las heridas de la niñez, el dolor de ser juzgado sin causa alguna en la adolescencia levantan estas barreras y de alguna manera aprendemos a vivir con ellas y a usarlas en el transcurso de nuestra vida. Somos implacables con nosotros mismos, no nos damos la oportunidad de fallar o de que otros fallen.
Definitivamente necesitamos aprender a vivir perdonando y perdonándonos, aprender a reconocer nuestros errores y pedir perdón, así como también reconocer que otros pueden equivocarse y ayudarles a resolver sus conflictos y fallas y mejorar sus debilidades. En esto debemos ser honestos y analizarnos. Sera que estamos usando esta forma de justificacion?, posiblemente si. Por lo mismo es importante que miremos nuestro interior y admitamos nuestra debilidad. Quizas esta es una de tus formas de defenderte, levantar una barrera entre tu y los demás para no sentir el dolor de sentirse juzgado.
Quiero animarte a continuar en esta serie dirigida a la sanidad de nuestras emociones quebrantadas.
En las siguientes semanas veremos otras formas de defensa que se utilizan para evitar tristeza amargura y dolor en las relaciones interpersonales y finalizar los últimos artículos con la medicina que ayuda a curar el alma, y luego con las herramientas correctas para enfrentar conflictos con los demás.
Quisiera invitarte a ser un promotor de “Palabra Que Hace Bien”, si tienes Facebook, Twiter, u otro medio social comparte con otras personas esta pagina y juntos ayudemos a que miles de personas accedan a un medio que les ayude en su crecimiento personal y espiritual.
Dios te bendiga!
Pastor Luis Salinas.
Este articulo es de autoría personal del pastor Luis Salinas, sus derechos están reservados.
buen trabajo pastor!!!
ReplyDeleteJ.
Está muy bueno el blog.. Lo promocionaré!!! hay muchas personas que requieren ser sanadas por Dios!
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